Dedicamos parte del día a preparar el material y pensamos que con un vivac en la pared sería suficiente, así que preparamos el petate y la hamaca y decidimos subirlo a pie de vía y si nos daba tiempo fijaríamos el primer largo.
La aproximación, si te la sabes, no es muy larga, pero si no te la sabes es probable que te pierdas y tardes una hora y media, como bien indica la guía y como bien nos pasó a nosotros. Con todo el peso y entre el bosque se hizo un infierno.
Por fin llegamos a pie de vía, pero no nos dio tiempo a fijar el largo porque se nos había hecho tarde (aquí anoche pronto, claro que también amanece antes) así que lo dejamos todo en la base y bajamos por el camino bueno.
Al día siguiente madrugamos y, ya conociendo el camino y sin peso, llegamos rápido a la vía. Decidimos hacer dos o tres largos seguidos cada uno y tras el sorteo le tocó empezar a Esko. Se enfundó todos los kilos de material y empezó a subir.
Poquito a poco fue subiendo, pero esto del artificial es muy laborioso y como tampoco estamos muy acostumbrados pues nos cuesta su rato.
Por fin llega a la primera reunión, fija las cuerdas y subo yo recuperando el material y David por la cuerda del petate. Yo me peleo con los fisus para sacarlos pero al final le voy cogiendo el tiento.
El siguiente largo es un poco más duro pues tiene varios pasos seguido de plomos (de momento están puestos, aunque alguno da la risa) y de cosas muy pequeñitas.
Esko se lo va currando china chana, probando los offset y los cam hooks (algo nuevo para nosotros) mientras David y yo nos derretimos al sol (está haciendo un calor de muerte), cuando de repente a Esko le salta un friend, vuela y le para un plomo….uyyyyy….coge aliento y continúa hasta la siguiente reunión, que es super incómoda, por lo que decidimos que va a continuar también con el siguiente largo y así evitamos cambiarnos el material.
Este siguiente largo le cuesta un poco más, no por dificultad, sino porque después del pire va más despacito.
Por fin llega a la reunión y una vez que nos juntamos los tres nos damos cuenta que se nos ha pasado todo el día y que sólo hemos hecho ¡¡¡tres largos!!!! y antes de que anochezca sólo nos dará tiempo a hacer uno más. Empezamos a valorar la situación: sólo habíamos previsto un vivac y estaba claro que por lo menos otro más tendríamos que hacer. Le dimos mil vueltas al asunto y al final decidimos bajarnos, pero que ya que estábamos allí nos apetecía pasar la noche en la pared, pues iba a ser mi primer vivac en pared y con hamaca, y para Esko también su primera noche en hamaca. Y la verdad es que el sitio merecía la pena pues teníamos el Half Dome justo enfrente, era casi luna llena y no hacía ni pizca de frío.
Así pues organizamos las cosas,
montamos la hamaca,
cenamos y nos “acomodamos”,
y lo pongo entre comillas porque en el fondo llevábamos una hamaca de dos personas para tres y aunque cabíamos casi no nos podíamos mover, así que al día siguiente teníamos un dolor de caderas importante. Aún así este primer vivac fue fantástico.
Al día siguiente nos levantamos con la calma, recogimos y bajamos hasta el suelo, no sin pena, pero con la decisión tomada.
De todo se aprende y en este caso nos falló la logística. Ahora sabemos un poco mejor cómo nos movemos y lo que nos puede costar este tipo de vías. Además, yo por mi parte, he aprendido unas cuantas cosas (¡y las que todavía me faltan porque de artifo no tengo ni idea!) y aunque el tipo de escalada me impresionó un montón (por decir suavemente ¡qué miedo me dió!) tengo como objetivo enfrentarme a ello!!! Por lo menos ya he pasado mi primer vivac en pared y de momento ha sido fantástico….ya veremos el resto!!!!