El día prometía, pues vaya semanita que había estado haciendo por aquí arriba. Sin embargo el sábado amaneció nublado, aunque confiábamos en que despejase conforme avanzase el día.
Llegamos a Linza y aquí el cielo ya estaba despejado, quedándose las nubes más hacia el sur, aunque parecía que hacía algo de aire. Y por cierto, ¡cómo estaba de coches, hasta arriba! Sin embargo aunque había bastante gente (cosa normal en este valle) estábamos también bastante repartidos por los diferentes picos, por lo tanto tampoco era un agobio.
Nos preparamos y empezamos a subir ¡qué bonita está la montaña! llena de nieve.
Llegamos a Linza y aquí el cielo ya estaba despejado, quedándose las nubes más hacia el sur, aunque parecía que hacía algo de aire. Y por cierto, ¡cómo estaba de coches, hasta arriba! Sin embargo aunque había bastante gente (cosa normal en este valle) estábamos también bastante repartidos por los diferentes picos, por lo tanto tampoco era un agobio.
Nos preparamos y empezamos a subir ¡qué bonita está la montaña! llena de nieve.

las focas, así que seguí un poco más y al final acabé subiendo hasta arriba.
Conforme bajábamos en altura el viento disminuía y se volvía todo más agradable. Así, poco a poco fuimos bajando hasta llegar de nuevo al coche. Nos cambiamos, hicimos una rápida visita al bar del camping de Zuriza y vuelta para casa.
Al llegar a casa justo nos encontramos en la puerta con Arkaitz que acaba de regresar de su viaje y ya nos estaba preguntando que si escalábamos al día siguiente. Esa era nuestra intención, aunque estábamos reventados, así que quedamos con él para el día siguiente. Al final David se tuvo que quedar en casa para terminar unas cosas del trabajo y quedé yo sola con Arkaitz para, en principio, ir a Alquézar. Sin embargo se le pegaron las sábanas y no se despertó así que viendo el fantástico día que había salido me acerqué a Arguis, donde estaba Rafa, Yoli, Óscar y Eneko haciendo bloque.
¡A ver que tal es esto del bloque, que nunca lo he probado!
Y ahí pasamos un ratito por la mañana, probando aquí y allá y disfrutando también del solecito y de la compañía. Se estaba la mar de agusto.
No estuvo mal aunque me quedé con un poco de ganas, y sobre todo de hacer alguna vía, pero otro día será.