Al día siguiente de escalar parte de la Free Blast preparamos todo el material que necesitaríamos para intentar la Triple Directa al Capitan y organizamos el petate para pasar cuatro días y tres noches en la pared.
Tuvimos que hacer una buena incursión por todo el valle para recopilar unas cuantas botellas de agua, pues estos días estaba haciendo un calor de muerte (35ºC) y había que llevar unos 4 litros de agua por persona y día.
Este mismo día Esko y Lombas subieron los petates por las cuerdas fijas y tras dejarlos en una repisa (Mammut Ledge) bajaron a dormir. Al día siguiente decidimos que saldríamos juntos, Esko y Lombas jumarearían y empezarían a escalar y David y yo empezaríamos a petatear, pero en lugar de bajar como habían hecho ellos nos quedaríamos a dormir ya por arriba.
Cuando llegamos a la base de la pared los italianos que nos habíamos encontrado en la Free Blast estaban subiendo también los petates, pues también iban a hacer la Triple Directa. Iban rápido y no tardamos mucho en empezar. Por delante teníamos 6 largos que jumarear y petatear, hasta el final de la Free Blast (la Mammut Ledge), y desde aquí empezaríamos a escalar.
Tenía intriga por saber qué tal se me iba a dar eso de subir un petate de unos 35-40 kg con la técnica que me habían aconsejado los
hermanos Cano, pues tenía mis dudas de que fuese a ser capaz de levantarlo a contrapeso, y la verdad es que me sorprendí. Costaba, pero era capaz de levantarlo! Nos fuimos turnando David y yo en esta ardua y chorreante tarea (no veas cómo se sudaba), algún largo costaba más que otro pero al final fuimos cogiéndole el callo, y cultivando también alguna que otra ampolla en los dedos pues los guantes que llevábamos no eran muy buenos.
Tras el último largo de cuerda fija llegamos a una gran repisa donde tuvimos que arrastrar el petate como pudimos para situarlo en la vertical del siguiente largo. Fue casi lo más tedioso.
Este largo ya tuvimos que escalarlo, un 5.9 que no veas si costaba, era una estrecha fisura que echaba para atrás, así que enseguida saqué los estribos.
Desde aquí vimos a Esko y Lombas, que andaban tres largos por encima.
Esko andaba metido en un largo de chimenea, donde las pasó un poco-bastante canutas y donde casi casi se echa a llorar (¡y eso que era 5.8, pero C2++!!)
Nos dijeron que los italianos habían fijado otros dos largos, pues tenían intención de bajar y volver a subir al día siguiente, y que ellos iban a fijar otro largo más, hasta las Grey Ledge, donde tenían pensado pasar la noche. Nos dijeron que aprovechásemos y subiésemos hasta allí y así pasaríamos el primer vivac juntos. Nos lo pensamos durante un rato pero, la verdad, es que nos pareció bien compartir la primera noche y total, todavía teníamos un montón de largos por encima por escalar, así que ya puestos seguimos jumareando hasta encontrarnos con ellos.
Acabamos reventados, pues habíamos petateado 10 largos y al ser el primer día el petate pesaba lo suyo.
Éramos cuatro y en la repisa no había mucho sitio, además subía también otra cordada a dormir allí así que decidimos montar las hamacas. Acabamos montando un buen chiringuito para estar cómodos y tras una frugal cena nos acostamos. Fue una noche bastante calurosa y esta vez sí que dormí de maravilla pues estuvimos dos y no tres en cada hamaca.
Y no, no tenía el careto hinchado, es que me pillasteis cenando (que si no especifico oigo de todo!!)
Con las primeras luces de la mañana la cordada con la que compartimos repisa estaba empezando a arrancar, y justo llegaron también los italianos. ¡Vaya, resulta que a eso de las 6 o 7 de la mañana nos habíamos juntado cuatro cordadas! Pues nos va a tocar esperar porque los dos primeros largos son largos y de C2, por lo que son lentos de escalar.
Y así estuvimos, esperando y esperando y volviendo a esperar (mientras Lombas aprovechaba para echarse una siesta tras otra)
y el tiempo pasaba….ya empezamos a rallarnos, eran las 12 y seguíamos en el mismo sitio así que si ese día queríamos llegar al siguiente vivac más nos valdría que los italianos nos dejasen fijados estos dos laboriosos largos. David y yo empezamos a plantearnos la retirada, de momento sólo habíamos jumareado (menos un largo) y al parecer seguiríamos haciéndolo, además los italianos nos habían dicho que había cambiado la meteo y que daban algo de agua para los siguientes días (de hecho en el valle de enfrente se veía ya una cortina de agua). Después de pensarlo muuuuuucho y valorar el panorama David y yo decidimos de nuevo bajarnos!!!!! (parece que le hemos cogido gustillo a esto de las retiradas) y dedicarnos a escalar vías en libre, que nos hemos dado cuenta que es lo que más nos gusta, y además estaríamos más entretenidos. Esko y Lombas, viendo que el tiempo se nos echaba encima, estuvieron también pensando en bajarse pero al final decidieron continuar.
Así que de nuevo otra vía se nos resistía, y encima en El Capitán! Pero bueno, nos dimos cuenta que quizás disfrutaríamos más escalando fisuras que jumareando largos. Al final, como luego contaré, fue la mejor decisión que podíamos haber tomado...
Empezó pues el periplo de deshacer lo andado y poco a poco fuimos rapelando los largos ¡con lo que nos había costado subir el petate! A todo ésto y casi sin darnos cuenta el cielo se había empezado a nublar y al poco empezó a caer alguna gota y luego empezó a tronar ¡oh oh! Tuvimos suerte y no llegó a caer lo que parecía que se avecinaba, y al final sólo llovió un poco. Por fin llegamos al suelo y nos volvimos al camping, a reencontrarnos con Abraham ¡por lo menos ya no estaría sólo durante unos días!
Pasamos tranquilamente la tarde y ya de noche cenamos junto con nuestros nuevos vecinos, una pareja muy agradable de Berckley, que nos estuvieron aconsejando un montón de vías para escalar durante los siguientes días. Pero cuál fue nuestra sorpresa cuando ya entrada la noche vimos aparecer a ¡Esko y Lombas! ¿qué os ha pasado?¡os habéis bajado!
Pues sí! cuando empezó a tronar y llover un poco no lo vieron muy claro y, aunque no había llovido casi, desde arriba el panorama no pintaba muy bueno. Además no llevaban ni toldo para la hamaca ni Lombas llevaba chubasquero así que si las previsiones acertaban y acaba lloviendo iba a ser un poco marrón, pues les quedaban todavía dos o tres días de pared.
Al día siguiente amaneció un buen día y Esko cabreado no hacía más que maldecir el buen tiempo que hacía (a pesar del pedazo desayuno que nos metimos).
Nos tomamos el día de descanso y nos fuimos a ver un bosque de Secuoyas que hay cerca del valle (¡¡impresionantes!! ya pondré fotos), pero ya al medio día cayó una buena tormenta. Pero esta tormenta no fue la peor (que ya fue gorda) sino la del día siguiente, cuando cayó realmente el diluvio del siglo…. Había salido de nuevo una buena mañana y nos acercamos a la base del Capitan a escalar un poquito, estábamos escalando la segunda vía del día, la Moby Dick; buenísima!
cuando de repente y casi sin darnos cuenta empezó a caer la de dios… Se desencadenó una tormenta de escándalo y en nada de tiempo empezó a escurrir agua por toda la pared.
Estábamos flipando pues caían cascadas de agua por todos lados... Con este panorama nos imaginábamos en la pared en esos momentos y hubiese sido un marronazo, porque además por la parte de arriba de la Nose el agua se suele encauzar bastante. Así pues nos habíamos retirado con desazón pero en ese momento estábamos supercontentos de la decisión. Sólo andábamos preocupados por los
hermanos Cano que andaban metidos en la Zodiac, pero tuvieron suerte porque durante la primera tormenta vivaquearon debajo de un techo y el día del diluvio salieron justo antes de que empezase.
En un día pasamos directamente del caluroso verano al invierno, ya casi no dejó de llover, bajó bastante la temperatura y anunciaban incluso nieve para los siguientes días. De hecho, cascadas como Yosemite Falls, que cuando llegamos no tenían ni pizca de agua, después del aguacero se formaron de nuevo, y no con poco caudal.
Así que con este panorama vimos cómo se nos acababan las escaladas por estas tierras….ohhhhh!!!! pero sólo de momento porque algún día volveremos, que aquí hay tema para rato!!!!
Y ahora de momento toca volver a la caliza, que ya echo de menos las regletas!! eso sí, creo que va a costar volver a escalar con parabolts ¡quien lo diría, benditos parabolts! pero es que están puestos donde están puestos y no donde a ti te apetece, como pasa con las fisuras yosemiticas, que las proteges a tu gusto!