jueves, 25 de septiembre de 2008

Verdon

Por fín conocimos esta mítica escuela y la verdad, no te deja indiferente.
Llegamos por la tarde, después de escalar en Aiglun y decidimos hacer la ruta turística para ver como eran las paredes. Se trata de una carretera que recorre el barranco por su parte alta y tiene cantidad de miradores desde los que poder alucinar con las vistas. El cañón es realmente bonito.

Las vías de escalada se encuentran a lo largo de las paredes del canón y la gran mayoría de ellas hay que rapelarlas para luego escalarlas. O sea, que hay que estar seguro de donde te metes porque tienes que ser capaz de salir de nuevo por arriba ¡glup!


Una cosa que me resultó curiosa es la mezcolanza entre turistas y escaladores, porque muchas vías salen directamente por los miradores, así que imaginaos las caras de la gente cuando rapelas o escalas los últimos largos, todos observándote!!!


Bueno, el primer día decidimos hacer una vía no muy larga y que supiésemos que íbamos a poder subir. La verdad es que yo estaba superneviosa, pues los grandes mitos me asustan y claro yo había oido que si el verdon es muy duro, que alejan un montón.... y buscando entre la guía vimos un sector bastante asequible para probar: el sector Dalles Grises en la Pared de l'escalès, donde hay 9 itinerarios equipados y de grado máximo 6c, pero donde la mayoría de largos no pasan del 6a+.


Así que un buen sitio donde probar la roca ¡por alguna vía saldremos!
La verdad es que como eran cortas (150m) y no parecían muy chungas decidimos hacer 2 en el día. Empezamos con "Cocoluche" (6b), habiendo primero bajado en 4 rápeles.
La vía era una gozada, la verdad, iba teniendo buen canto para manos y pies, así que me relajé. Llegamos al largo del 6b, que le tocó a David (por supuesto), y éste ya se veía más liso. Joder con el 6b! si no hay por donde cojerlo, además no veas si patinaban los pies. Al final David lo hizo como pudo y llegó a la reunión. En un largo más llegamos arriba y decidimos tomarnos un pequeño descanso y un piscolabis antes de volver a bajar para hacer otra vía, además así esperábamos a que bajase un poco el sol, porque no veais cómo calentaba.



Bueno la siguiente vía la hicimos en el mismo sector, que ya nos conocíamos la bajada. Esta vez hicimos "Afin que nul me meure", con la variante de salida de la vía "36-15" (6a+), porque teníamos gente escalando por encima.
La vía seguía la tónica general de la vía anterior, pues la roca era la misma. También nos pareció bonita.
Al día siguiente teníamos pensado hacer la "ULA", una de las vías clásica de la Pared de l'escalès. Se trata de una vía de fisura de más de 300m, semiequipada, de grado máximo 6b y bastante mantenida, que nos había recomendado sin falta un colega. A mi me quitaba el sueño.....pero de miedo.
Sin embargo por la noche llovió varias veces y al día siguiente el tiempo salió bastante inestable, así que preferimos no meternos en esa vía.
Visto el día que hacía decidimos repetir en el sector del día anterior, pues estaban equipadas y si a una mala llovía ya saldríamos por alguna vía de 4º.
Elegimos la vía "Sucepe". Ésta ya empezaba con un primer largo de 6b+ bastante contínuo, que a mi se me hizo duro, pero que David la sacó poco a poco. El resto de la vía eran ya largos de 6a y 5+, pero sinceramente a mi me parecieron más duros que los del día anterior. Sería un cúmulo de cosas; que el primer largo ya me dejó cansada, que ya venía cansada física y psicológicamente y que a veces parecía que nos iba a pillar el chaparrón, pero esta vía me dejó desinflada; necesitábamos un descanso.


Al día siguiente amaneció feucho y ya anunciaban días de lluvia un poco por todos lados, de hecho acabó lloviendo. Nuestra intención después de escalar en el Verdon era ir a Presles (Vercors), otra zona de tapia que tenía buena pinta, pero el tiempo ya no iba a acompañar, así que decidimos ir volviendo poco a poco a casa, las vacaciones se acababan..... pero antes nos dimos un paseo por la parte baja del cañón del Verdon, por donde se puede entrar a la vía ULA. Queríamos echarle un ojo a la vía para la próxima vez que viniésemos. El camino por cierto es precioso, muy frondoso. Eso sí, si vais llevaros un frontal porque hay que pasar por varios túneles muy largos en los que no se ve de ná.




Aiglun

Después de unos días en Italia volvimos a la France. Nuestro nuevo destino era Aiglun, un bonito y perdido lugar del sureste de Francia, al norte de Niza.

Es una zona poco frecuentada por su cercanía al Verdon, pero merece la pena una visita si lo que te gusta es la tranquilidad. Nosotros estuvimos en la pared de Giet, donde se encuentran básicamente todas las vías (cerca de la treintena). Es un muro de caliza gris y naranja de muy buena calidad y de hasta 300m de altitud y con vías equipadas o semiequipadas.

Nosotros hicimos una de las más fáciles, el Espolón de los cuatro vientos, 6a+ equipada y una de las primeras abiertas en la pared. Está situada a la izquierda del todo, por lo que es más corta (200m). Elegimos ésta por que no sabíamos cómo era la escalada y el compromiso que tenía y al final, nos decepcionó un poco. Es un poco discontínua y los 2 últimos largos (que lo hicimos en uno) era más escalar una cresta que una pared, por lo que al final nos supo a poco. Aún así tiene tres largos muy bonitos de placa con gotas de agua y fisuras horizontales.

Como vía para tantear la roca no está mal, pero desde luego si volvíesemos elegiríamos otra.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Finale-Ligure

Escapando del mal tiempo que pronosticaban para Francia nos acercamos a Finale, en la costa Italiana. Allí pasamos tres días escalando, comiendo pasta fresca y tomando deliciosos cafés...
Finale es una escuela enorme, con multitud de sectores desperdigados en varios vallecitos, y más de dos mil vías, todo rodeado de una vegetación muy frondosa que cubre las colinas.
La escalada varía según el sector, siendo muy técnica en alguno; no pasamos del 6b. A Olatz se le atrevesó un poco este tipo de escalada, con muchos pasos de fé con los pies, aunque el último día encontramos un sector más de continuidad.









Un sector bonito es el de la "grotta dell´edera" que para llegar a él hay que pasar por una cueva y sales a una sima con el techo abierto.

La roca es un cacalcarenita bioclástica (caliza arenosa formada por fragmentos de conchas de bichos), que cuando se erosiona deja muchos agujeritos que hacen que la escalada sea muy de dedos y pies pequeñitos.

Aguja Dibona

Desde Ceüse nos fuimos al valle de la Berarde, en la zona de los Ecrins. Daban un día de buen tiempo y luego iba a empezar a entrar una borrasca que duraría por lo menos toda la semana, así que pensamos que era el momento de ir a escalar la Aguja Dibona.
Mirando en internet vimos por una foto de esta aguja y desde entonces teníamos claro que queríamos escalarla.

Se entiende por qué ¿no?.
Buscamos información y encontramos un montón de vías (equipadas, semiequipadas, más difíciles, más fáciles,...) que suben hasta la misma punta. Nos decidimos por escalar Visite obligatoire (6a+, 350m, equipada).
La aguja tiene una aproximación de unas 2-3, por un camino bien marcado y bonito y decidimos subir a dormir al refugio Soreiller (2759m), que se encuentra al mismo pie de la aguja.


Empezamos a escalar cuando quedaba poco para que diese el sol en la pared (cara sureste), pues hacía fresquito.

La vía, a nuestro gusto, hace honor a su nombre. Nos pareció una escalada muy bonita y disfrutona, donde se intercalan largos de placa, acanaladuras, pequeños techitos,... sobre un granito magnífico.Eso si, el grado es obligado porque en los largos de placa hay que "escalar " entre seguros y lo guapo es que todos los largos son mantenidos sobre el 6a. Y del lugar, qué decir ¡espectacular!


Reseña de la vía de la guía Oisans nouveau Oisans sauvage. Jean Michel Cambon.