De Levante en Levante

Ganas de roca, ganas de no tanto frío (y si pudiese ser de un poco de sol mejor),  ¡ganas de escalar! 

Para este puente sólo coincidimos David y yo y, como una gran mayoría de escaladores y escalatrices, decimos probar suerte en el Levante. Algo de suerte sí tuvimos (pudimos escalar) pero no mucha (no pudimos escalar todo lo esperado). Hicimos varios intentos a tapia pero entre que había hordas y hordas de gente (según el diccionario de la lengua española: comunidad de salvajes nómadas) y que el tiempo estaba que si sí que si no, al final decidimos dedicar esos días a hacer deportiva. 

Visitamos Toix, Sella, La Marxuquera y Chulilla, aunque al final ésta se nos quedó pendiente porque la lluvia nos echó. Un pueblo bien bonito y con paredes impresionantes.

Después de un intento al Peñón sólo nos quedó tiempo para acercarnos a Toix, que aunque no era una maravilla hicimos algunas vías chulas, por lo menos no había gente....

En Sella catamos algunas placas muy finitas, muy técnicas y sin descanso. Impresionantes.

 

 

 

 

 

Tras otro intento de tapia fallido nos acercamos a Gandía, donde casi salimos volando con el aire que hacía. Lo bueno es que acabó por llevarse las nubes que había y pese al vendaval la temperatura era muy buena.

Aquí las vías que probamos eran un poco más físicas y nos atrevimos incluso con un desplome de chorreras! quién me ha visto y quién me ve!

 

 

 Y la de gente que había también!

 

De aquí nos guardamos un poco de fuerzas pues queríamos ir a conocer los nuevos sectores de Chulilla, que parace que prometían. Sin embargo no pudo ser, pero eso sí nos dejó con la miel en los labios para querer volver de nuevo!