sábado, 10 de mayo de 2008

Entre palcas

Bueno, pues en fines de semana lluviosos, iremos tirando de archivo para seguir contando cosicas.
Esta semana santa nos acercamos a la Pedriza, aprovechando que la mayoría de madrileños se irían a algún otro lado. No daban muy buen tiempo pero aún así decidimos acercarnos.
David, por supuesto, encantado, todo lo que sea granito y placas.... yo por mi parte un poco recelosa, principalmente por mi poca experiencia en este tipo de escalada y, fundamentalmente por mi falta de fe.



El primer día estuvimos en canto cochino y la tortuga, probándonos un poquito en las placas. Las primeras vías me costaron un poquito, pero luego le fui cogiendo el puntillo y me vi mejor de lo creía (no me veía ni siquieran en los IV!). Eso sí, los alejes en algunas vías fue lo que más me costó, independientemente del grado de la vía. A veces los veía muy lejos, me acojonaba y me rajaba. Al final tuvimos buena toma de contacto y, efectivamente, hubo muy poca gente.



Al día siguiente quedamos los pilukos (colegas de madriz) ¡¡juyuu, por fín nos veíamos!! y nos llevaron, para empezar, a las placas del halcón. Allí hicimos una vía de 3 0 4 largos, facilita y disfrutona, que me vino muy bien para mi cabeza.



Y qué bien!! allí cerca estaba un rebaño de cabras observándonos mientras tomaban tranquilamente el sol, y se paseaban por la pared a sus anchas (por esa por la que nosotros pasamos con cuerda).



Después fuimos a una pared que le habíamos echado el ojo mientras subíamos, "la placa de las nueve". Había unas cuantas vías muy chulas, que no hubiese probado si no hubiesen estado tan cerca los seguros (que bien para una aprendiza).


Empezó David con la primera vía, y yo no muy convencida del todo, me lo pienso.
Al final arranqué y llegué. Aquí ya apretamos un poco más y yo, la verdad, que después de cada vía bajaba psicológimente agotada.


Después David siguió con algo un poco más durete, que a mí se me quedaba, de momento, un poco grande, pero lo probé en tope.


El tercer días amaneció con mala pinta, viento, nubes, lluvia al fondo, pero aún así David me convenció para escalar un poquito. Así que allí que fuimos, hasta que decididamente se puso a llover.



Aprovechamos que nos daba tiempo y nos fuimos a comer a casa de mi hermano. ¡qué casita os estais currando!
El último día la pedriza estaba bastante cubierta de nubes, pero vimos una ventanita donde daba el sol y fuimos para allá, que era en "musgogénesis". Cuando llegamos caían copillos de nieve traídos por el viento, pero no se estaba mal del todo, así que aprovechamos a hacer alguna vieta antes de partir de nuevo a casa.
En resumen, un buen puente escalando en un sitio mágico, donde disfrutamos entre placas (para mi sorpresa). Aún así, cuando vamos a escalar en placas tiemblo....

6 comentarios:

Fer dijo...

Je, je. Yo también tiemblo con las placas pedriceras. Y cuando alejan los seguros, ni te cuento. Eso de no poder hacer NADA con las manos es un poco estresante. Pero ya ves: repetimos y repetimos.
¿Somos raritos?
Slds.

Anónimo dijo...

¡Oleee!...Tais en plena forma: Deivid medio gramo mas gordo y tú con tu mejor sonrisa, je...Y zenkiu, me llegaron los gatos...¡Muak!. Pako

Olatz dijo...

Bueno Pako, pues ya que te han llegado los gatos... a gastarlos!! que en tu próxima visita (que será pronto no?) tendrás que usarlos.
Besos dobles

Rafael Galan dijo...

Que buena pinta tiene la pedri. Otro sitio para gastar las fuerzas y asi ver a Pablo que se esta poniendo como el aguarras. Olatz estas mas fuerte de lo que te imaginas, libera tu mente, deja paso al aire osea VUELA!!!! Y David, dentro de poco nuemero uno, pero de pinpong. A la haber si escalamos un poco mas, ji. Un beso, para los dos, para que no halla riñas....

Anónimo dijo...

Mientras vosotros escalabáis en la soledad dejada por los madrileños, yo, confiado, paseaba junto al caudaloso río, notando la llegada de la primavera en las viñas, olvidando el estrés citadino.¿Buscáis vosotros la subida de la adrenalina en la naturaleza de las placas, en lugar de encontrarla cada mañana en la entrada de la boca del Metro? ¡Que diverso es el mundo!

Olatz dijo...

Efectivamente aita, el mundo es diverso, al igual que la gente ¡menos mal! pero no es la subida de la adrenalina lo que buscamos, sino la cercanía con un entorno y una actividad que nos hace sentir felices.
Y me siguen gustando esos paseos contigo...
Muchos besos de los dos.